El caballito
Al estilo del viejo oeste, en esta posición el penetrado se tumba boca abajo muy relajado e intentando dejar el ano lo más expuesto posible. Su compañero se coloca justo sobre él y como consejo primero le abre las piernas y lo penetra y una vez adentro cierra las piernas del penetrado y se incorpora como montando un caballo.Esto le permite a quien penetra tener libertad absoluta para moverse y cabalgar a su pareja mientras que el penetrado está lo suficientemente cómodo como para aguantar la embestida.El penetrador también puede apretar con sus rodillas el cuerpo de su compañero para ajustar el roce y tener un dominio absoluto del movimiento.
La cuchara
Esta postura sexual permite hacer sexo sin prácticamente cansarse, siendo quizás una de las más cómodas para ambos compañeros. Ambas personas se tumban de lado, uno detrás del otro, pudiendo entrecruzar las piernas, abrirlas, rodearlas…La penetración en este caso no es tan profunda como lo puede ser en otras posturas por lo que puede ser recomendable para aquellas personas que no hayan tenido sexo anal anteriormente o como postura de inicio del acto sexual. Además, de esta forma, el activo puede alcanzar el miembro del compañero, pudiendo masturbarlo al mismo tiempo.
EL SHOW
El amante penetrado se coloca bocabajo sobre la cama y levanta la pelvis hacia su compañero, puede ayudarse colocando un cojín bajo el vientre, aunque levantando el cuerpo tiene acceso para masturbarse mientras es penetrado.Las piernas separadas del que se coloca debajo permiten un ángulo muy abierto, y una penetración profunda por parte del compañero activo, que procurará apoyarse sobre las manos para no cargar el peso sobre su compañero.
EL CANGREJO
La penetración puede ser muy profunda, haciendo sentir a los amantes un intenso placer.
Las piernas del que va a ser penetrado deben llevarse encogidas hacia su pecho, quedando apoyadas en los hombros del compañero. Éste quedará totalmente estirado encima de su compañero, apoyado sobre sus manos y pies. El pene del activo debe quedar en posición vertical.
En esta posición el ano del pasivo se relaja, facilitando una penetración muy profunda. Además, en esta postura se consigue una agradable estimulación de la próstata, por lo que el placer es exquisito.
Como variación puede mantenerse solamente una pierna sobre el hombro en vez de las dos, estrechando de esta forma el ano y consiguiendo una estimulación diferente.
EL ESCLAVO
Para realizar esta postura sexual, el chico que va a ser penetrado debe tumbarse sobre una superficie con las piernas dobladas llevadas hacia el pecho. Con los brazos entre las piernas puede tomarse los pies para mantener más estable la postura. El chico activo se colocará detrás para penetrarlo apoyado sobre sus rodillas y agarrando también las piernas de su amante. La penetración en esta posición es muy muy profunda puesto que el ano se relaja, siendo el chico activo el que controla el movimiento.Además, éste podrá masturbar a su compañero.
EL PERRITO
Esta postura sexual es muy popular puesto que el sexo anal, en muchos casos, se asocia a la misma. El chico que es penetrado debe colocarse sobre sus manos y rodillas mientras que el otro se arrodillará detrás de él. El ano del penetrado se estrecha debido al músculo del pubis lo que hace que la penetración pueda ser dolorosa si no es acompañada de una buena lubricación y de la estimulación preliminar con los dedos o la lengua. El que penetra puede moverse muy rápidamente y agudizar la excitación. El movimiento puede ser mutuo siendo el activo el que guíe el acto cogiendo al penetrado por la cintura, el culo o los hombros.
LA BARRA
Esta postura sexual produce una intensa estimulación del ano, permitiendo una penetración muy profunda. Para esta postura, el pasivo debe ponerse boca arriba. El activo entonces se colocará apoyado sobre las rodillas, con las piernas semiabiertas, tomara las piernas del compañero, colocándoselas en los hombros. El placer es exquisito cuando el activo alterna sus embestidas cambiando el ángulo de penetración. El pasivo queda clavado a su compañero, apoyado sobre la superficie, quedando el movimiento en manos del activo. La postura puede variar si las piernas que permanecen sobre el hombro del activo se baja quedando doblada. De esta forma el ano se estrecha y la sensación es mayor. En esta posición el contacto físico es fantástico, ya que la pareja puede besarse mientras se lleva a cabo la penetración.
El columpio
Esta posición sexual es para los mas delgados y con fuerza en los brazos, permite una penetración profunda ya que el pasivo cuelga literalmente de los hombros del compañero sosteniéndose con sus brazos o dejándolos libres. Visualmente es muy agradable, si se tiene un espejo cerca o si se hace en la ducha durante el baño, es espectacular, ya que al ponerse de frente los dos pueden besarse y acariciarse.
El caballito
Al estilo del viejo oeste, en esta posición el penetrado se tumba boca abajo muy relajado e intentando dejar el ano lo más expuesto posible. Su compañero se coloca justo sobre él y como consejo primero le abre las piernas y lo penetra y una vez adentro cierra las piernas del penetrado y se incorpora como montando un caballo. Esto le permite a quien penetra tener libertad absoluta para moverse y cabalgar a su pareja mientras que el penetrado está lo suficientemente cómodo como para aguantar la embestida. El penetrador también puede apretar con sus rodillas el cuerpo de su compañero para ajustar el roce y tener un dominio absoluto del movimiento.
El jabón
Tomada de aquella famosa leyenda de las penitenciarias en las que al recluso que se agachara a recoger el jabon que se le caía exponía su culo y no lo perdonaban, esta posición rememora lo mejor de perder ese artículo. El activo parado detrás de su compañero lo recuesta hacia adelante, movimiento con el cual se proyecta su trasero y queda expuesto el ano. Preferiblemente el penetrado se sostiene con las manos de algún taburete, silla o cualquier objeto que le permita apoyarse para descansar la tensión en la espalda. Si es suficientemente flexible podrá apoyar las manos hasta en el piso. El activo debe sujetar a su compañero por la cintura para evitar empujarlo hacia adelante con el impulso del vaiven. Ambos pueden controlar el ritmo. El pasivo preferiblemente abre un poco las piernas al momento de la penetración y las mantendrá así o las cerrará de acuerdo al nivel de fricción que desee. La curvatura en la espalda permite que las nalgas no generen mayor amortiguación del impulso y la penetración es más completa y profunda. Se recomienda alternar con otra posición para evitar mucha incomodidad en el penetrado.
La helice
Esta es otra de esas posturas que llamo “exoticas” o mas bien “acrobaticas”. Se requiere de un buen respaldo, sea un borde de cama o un mueble para que el pasivo se tumbe al piso apoyado solo en sus hombros y recueste la espalda del mueble a apoyarse. Con esto queda en posición de gimnasia llamada la vela pero sin estirar los pies sino mas bien abriendo las piernas. El activo se coloca encima en posición diagonal opuesta al ano y lo penetra de esa forma. OJO: cuidado con la cervical del pasivo. El activo debe apoyarse en una pierna y montar la otra sobre la cama o mueble y con esa pierna y los brazos ayudarse a mantener el ritmo. Nota: todas las posiciones en que el pasivo eleva la cadera más allá del pecho son altamente estimulantes. El ritmo es difícil llevarlo pero de goza de una penetración “al revés” y en diagonal.
Rimming
Sin duda, una de las más controvertidas prácticas sexuales. El rimming o la “chupada de culo” tiene tantos afectos como detractores a la hora de plantearse al menos en reuniones públicas. ya que meter la lengua en el ano de la pareja es obvio que requiere de ciertas condiciones de aseo y confianza. La posición realmente puede ser variada y el receptor simplemente tiene que dejar su ano lo más expuesto y cómodo posible para su pareja. El receptor boca arriba puede de pronto controlar más sus piernas sosteniendolas mientras el atacante le mete la lengua y a la vez puede ver perfectamente mientras se lo hacen. Otros prefieren ponerse de espalda por ser más cómodo y poder relajar más los músculos de la zona. En todo caso, una buena higiene puede ser suficiente para dejarse de cuentos y probar esa posibilidad. Como dato interesante, muchos activos que pueden odiar la penetración confiesan que el rimming sí les gusta.
Los dos pilares
Una posición por sobre todo práctica para aquellos momentos en que no se gozan de condiciones de comodidad para el acto sexual, aunque no es limitativo y se puede aplicar en cualquier ocasión. Lo ideal en esta postura es que ambos tuvieran la estatura lo más similar posible. El activo de pie simplemente se pone detrás del pasivo y lo penetra, el pasivo debe proyectar un poco su ano para que quede lo más directo y su compañero quedará siempre un poco más abajo para poder cumplir con la altura a la que queda el ano. Por estar erguido, el pasivo relaja menos los musculos y la penetración es más intensa, lo más cómodo es que inicialmente el pasivo se incline un poco adelante hasta que el activo lo introduzca por completo y luego ergurise ambos. Es buena para abrazarse y darle besos en la espalda al compañero, además de poder masturbarlo sin problemas. Si se ponen contra una pared les será más cómodo pero también si el activo abre un poco las piernas tendrán buen balance.
La leña
Esta es una de las posiciones que llamo acrobaticas, no tanto porque sea difícil de conseguir sino por lo complicado que puede ser llevar el ritmo. El pasivo se extiende de espaldas sobre el piso y el activo se monta sobre él pero al revés, pies con cabeza. El pasivo proyecta el ano hacia arriba de forma que su compañero lo pueda penetrar. No es una penetración profunda. El activo debe poner las rodillas en el piso y apoyar los codos para poder darse impulso, aunque el ritmo pueden llevarlo moviéndose hacia abajo y hacia arriba, cualquiera de los dos. Esta postura es como la carne de serpiente, aunque sea una vez se puede uno arriesgar a probarla.
El misionero
La más clásica y común de las posiciones pero no por eso deja de ser muy interesante. Se emula el misionero heterosexual pero con la diferencia de que como el ano no está adelante como la vagina pues el pasivo debe subir las piernas y cruzarlas sobre la espalda del activo. Es además una de las más cercanas ya que permite besarse y abrazarse sin mayores complicaciones y puedes ver la cara de tu pareja durante el coito. La penetración es profunda y el pasivo puede mantener cierto control del ritmo impulsando al activo con las piernas. Además tiene la ventaja de que el activo puede masturbar a su compañero y en casos de suficiente flexibilidad en la espalda hasta puede lograr mamarselo al tiempo que lo penetra (niños, no intenten esto en casa, jeje o cuidado con la espalda).
El grillo
El grillo es una de las posiciones experimentales de otras posturas. El pasivo tumbado de medio lado flexiona la pierna que quede del lado superior y el activo lo penetra desde atrás pero introduciendo el pene no horizontalmente en la abertura anal sino vertical. Esto produce una sensación de roce distinta la la clasica introducción del pene. El activo domina el ritmo y la intensidad de la fricción y su compañero puede relajarse mejor por estar tumbado. El activo también puede poner su pierna superior sobre la del pasivo para darse más estabilidad en el ritmo.
La silla
Esta estimulante posición es perfecta para el pasivo quien se “sienta” exacta y anatómicamente sobre su compañero, lo que permite una penetración directa. Al estar el pasivo en una especie de posición fecal le es más fácil relajar los musculos del ano. Adicionalmente, el pasivo tiene un control perfecto de la penetración así como de su ritmo. Lo que le permite ir buscando el angulo que le es más satisfactorio. Si el pasivo tiene como sujetarse para quedar un poco en el aire, el activo puede tener una mayor participación subiendo y bajando. Si está perfectamente sentado y cómodo el pasivo además se puede masturbar con total comodidad, mientras su compañero le acaricia la espalda, nalgas o lo sujeta por la cadera para acompasar el ritmo.
La gran V
La comodidad de esta posición depende de la fuerza del activo. El pasivo tumbado abre las piernas en una V y el activo se las sujeta por las pantorrillas o tobillos. Esto permite que el pasivo debe dejar la movilidad de su zona pelvica al activo ya que le es dificil apretar los musculos en esta posición, dejandole a su compañero toda la responsabilidad del ritmo y la intensidad de la penetración. Al rato, con la dilatación suficiente el activo puede sacarlo y volverlo a meter sin necesidad de ayudarse con la mano.
La silla colgante
El pasivo recostado sube las piernas y las monta sobre los hombros del activo, quien puede medir la altura e inclinación que debe poner para una mejor penetración. Las caderas del pasivo quedan algo elevadas y los muslos cercanos a su pecho por lo que el orificio anal sube y queda expuesto de forma que la penetración es vertical. El activo puede apoyar las rodillas en la cama o si tiene la resistencia ponerse en la posición de flexiones o lagartijas. Esto último permite dejar ver la penetración perfectamente
El sapo
La posición es como en la foto aunque ahí el modelo de atrás está más arriba. El pasivo de rodilla y apoyado firmemente en sus brazos se asegura de poner lo más atrás y arriba el culo de forma que quede lo más expuesto el orificio. El activo se pone en cunclillas detrás de él intentando bajar lo posible para quedar perfectamente ajustado a la cadera de su compañero. Apoya los brazos en las piernas del pasivo e incluso las piernas al quedar a cada lado de la cadera puede usarlas para “ajustar” el balance. El pasivo, por estar en posición similar a la fecal, los músculos en torno al ano tienden a distenderse más. Aunque la penetración es menos profunda que con otras posturas, sirve para moverse rápidamente. Nota: esta posición requiere que el pene sea lo suficientemente largo ya que suele quedar una buena parte afuera. Pero creanme, se disfruta. Consejo. Pruebenla.
La vela
La vela: una de mis favoritas. El pasivo tumbado pone en 90 grados sus piernas juntas que son sujetadas por el activo quien debe levantar la cadera del pasivo a buena distancia de la cama respecto al resto del cuerpo. El orificio anal queda perfectamente expuesto y el activo se puede ajustar anatómicamente con una penetración profunda, además que el hecho de las piernas cerradas hacen que el ducto se estreche y la fricción sea mayor. Se hace cómoda para el pasivo ya que el activo puede sujetar sus piernas y la elevación produce una sensación adicional de placer. Si el activo tiene la suficiente destreza puede también masturbar a su compañero.
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